En este parque habrá habido miles de historias. Algunas habrán comenzado aquí y otras habrán terminado.
En un banco hay una chica sentada, mira atenta a su alrededor pero al mismo tiempo es como si tuviera la mirada perdida.
En las mesas de atrás hay un grupo de niños cantándole el cumpleaños feliz a uno de ellos. Cerca hay un cochecito con un bebé que es el centro de atención. En la pista de fútbol los dos equipos discuten sobre si han hecho una falta. Al lado de la pista, un skater acaba de hacer un perfecto heelflip y todos los demás sueltan gritos de admiración y golpean sus tablas contra el suelo.
Sí, la chica del banco soy yo. Nunca me había parado a observar todo lo que pasaba en ese parque, yo únicamente iba allí y era otra historia más de ese sitio. Ahora estoy sentada en este banco, y te echo de menos. No puedo evitar pensar cómo sería mi vida si yo no hubiese venido aquí y nos hubiésemos conocido… Y es que como dice Xhelazz, “ningún amor muere, sólo cambia de lugar en la memoria”.
Aún no sé cómo he acabado aquí, simplemente me puse a caminar y seguí a donde quisieron traerme mis pies… o quizás fue mi corazón.
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