Cuando le miro a los ojos, todo lo que veo es felicidad. Unos grandes ojos marrones llenos de energía, inocencia y despreocupación, y una sonrisa siempre adornada por un borde de chocolate en la comisura de los labios, con la falta de algunos dientes de leche.
Como si él viviera en un mundo totalmente alejado de la realidad. Esa realidad en la que hay muchas penas y momentos difíciles que a veces cuesta tanto superar.
Él tiene ganas de crecer, pero no se da cuenta de que la mejor etapa es la que está viviendo ahora mismo, donde apenas se tiene que preocupar por el futuro. Su mayor preocupación es que no se le pierda ese juguete o aquel otro.
Para él todo es divertido, salvo por algún pequeño enfado que tiene de vez en cuando.
Cuando ve a alguien triste a su alrededor se acerca corriendo con esa sonrisa a dar abrazos y pregunta si quieres jugar con él para animarte.
Me encanta escucharle cuando cuenta todos los sueños que tiene, porque cuando él los cuenta parecen mucho más posibles, por muy peculiares que sean o aunque tengan que ver con castillos, estrellas del baloncesto o viajes al espacio. Durante esos pocos minutos te hace creer que todo es posible y que todo el mundo puede cumplir sus sueños.
Su mundo está lleno de colores, juguetes, superhéroes…
Me encantaría verle así de feliz, con esa sonrisa y ese brillo en los ojos siempre. Que no tuviese que crecer y caerse tropezando con sus errores para aprender. Que nadie le hiciera daño. Que el mundo que ahora le parece perfecto, en unos años le parecerá una mierda, sino que siempre lo recordase con una enorme sonrisa de las suyas.
1 comentario:
aaay, yo siento lo mismo por mis sobrinitos... no quiero q crezcan, quiero q disfruten lo que tienen ahora, que sepan siempre q mi familia y yo los amamos, y q es mejor estar chiquitos y disfrutar de esa hermosa inocencia, de toda la gente/familia q te protege y te quiere, ...que estar en esta realidad de mierda...
hermosos esos sentimientos,
me encantó la manera en q los redactaste (Y)
suerte
Publicar un comentario